Conmemorando el centenario del nacimiento de Romà Vallès (1923), pintor y pedagogo, se propone esta exposición a fin de, no solo enseñar las obras de arte realizadas por el artista hasta hoy, sino continuar su mensaje y actualizarlo a la nueva realidad del siglo veintiuno.

El motivo de la exposición es poder acercar el arte informalista a un público que desea entender el complejo entramado del artista y sus procesos creativos para, de alguna manera, ver el arte reflejado en sí mismo. Nuestra intención es presentar a Romà Vallès desde una perspectiva inexplorada hasta ahora: un enfoque emocional, próximo e innovador.

La exposición y el proyecto comprende tres elementos principales: innovación visual, la intimidad con el artista y la involucración del espectador. Estos tres puntos son igual de importantes para poder crear una experiencia memorable y gratificante.

Romà era un ser curioso y valiente en su busca continua hacia nuevas vías de experimentar el arte y la vida, por eso esta exposición pretende ser innovadora y rompedora, continuando su legado de exploración y valentía. Mediante el uso de audiovisuales se espera dar una visión fresca para profundizar en los sentimientos que el artista sugiere, acercándose así a un público mayor.

Detrás de la exhaustiva exploración que realizó Romà con su arte hay una persona todavía desconocida para muchos, este es el segundo objetivo de la exposición. El nivel de comprensión tan solo observando las obras de arte es limitado, por eso se propone añadir un enfoque sentimental al mismo tiempo. ¿Qué preocupaciones tenía el artista en este momento? ¿Qué música escuchaba? ¿Cuál era su temperamento? Respondiendo a este llamamiento más personal se pretende establecer un vínculo directo entre la persona y el artista, un hecho que sin lugar a dudas enriquece la interpretación y apreciación del público ante su obra. Finalmente, el mismo espacio expositivo y los elementos en él dan pie a una experiencia inmersiva en el mundo que habitaba Romà Vallès.

Creando un espacio inspirado en su taller, Calaceite y sus propios pensamientos, donde se invita al espectador a sentir y pensar como el artista.